20 de junio de 2010

De las Poquianchis al Sexo servicio

Ayer vi la pelicula, por fin la consegui en DVD... anduve leyendo un poco y sinceramente es un problema bastante grave, sobre todo por que la pobreza que permite el rapto de "niñas" para explotarlas sexualmente sigue creciendo...

Extracto de Mary Tovar

El mercado de la explotación sexual se ha convertido en una industria multimillonaria al apoyar el mercado sexual, el cliente, sin imaginarlo, infringe un profundo sufrimiento humano, cada peso gastado en el mercado sexual anima a los explotadores a reclutar mas victimas, así el cliente, consciente de ello o no, favorece directamente a la criminal empresa de sexo servicio, el comercio del sexo no disminuye debido a la constante demanda, año tras año, esclavizan y arruinan la vida a muchos seres humanos, para que otros obtengan beneficio y los clientes satisfagan sus deseos, una certeza se impone en este caso "Sin clientes no habría mercado de sexo y sin mercado no habría mas victimas".

Las poquianchis, como se les conoció a las hermanas Carmen, Delfina, María Luisa y María de Jesús, de apellidos González Valenzuela, (originarias de "El Salto de Juanacatlán Jalisco), quienes iniciaron sus actividades delictivas en 1958, manejando dos burdeles, uno en "León" y otro en "San Francisco del Rincón" Guanajuato.


Su método para conseguir mujeres a prostituir era poner mensajes en los periódicos de la región solicitando ayuda doméstica, tenían reclutadoras (es) en varios estados cercanos, e incluso recurrían al secuestro de las mujeres cuando era necesario. Los maltratos físicos y psicológicos hacia dichas mujeres era diario y cuando estas resultaban embarazadas, se les obligaba a entregar a los recién nacidos para matarlos y enterrarlos en el terreno del burdel o eran asesinadas ellas mismas, además, a las mujeres que ya no podían prostituirse se les apartaba del resto y eran encerradas para luego dejarlas morir de hambre, sepultándolas en un panteón clandestino, ubicado en el poblado de "Los Ángeles" Guanajuato, trabajo realizado por el capitán del ejército Hermenegildo Zúñiga Maldonado, alias "el capitán águila negra", presunto amante de Delfina y protector de las cuatro lenonas.

El negocio de la carne resultó ser una mina de oro para las hermanas González Valenzuela, por ello decidieron abrir otras casas de citas en San Francisco del Rincón. Uno de ellos fue "el poquianchis", clausurado en 1940, por las irregularidades que presentó al maltratar a "las empleadas", "Guadalajara de noche", a la postre también cementerio clandestino. Otro burdel con ese mismo nombre, apareció en "Lagos de Moreno" Jalisco, pero fue clausurado en 1963, debido a que en el lugar se protagonizó una balacera entre policías estatales contra federales. Ahí falleció Ramón Torres, apodado "el tepo", quien era hijo de Delfina.

En 1964, terminó la carrera delictiva de "las poquianchis" (conocidas así por la forma voluminosa de sus caderas), cuando una de las secuestradas, de nombre Catalina Ortega, logró escapar, encontrándose con su mamá. Juntas acudieron a la policía a exponer la denuncia y las autoridades decidieron acudir al lugar, rescatando a 12 mujeres en deplorable estado, sucias, desnutridas, y enfermas. La investigación siguió y reveló una historia de terror, pues encontraron cadáveres enterrados de mujeres, hombres y fetos. Al parecer el total de muertos fue de 90, encontrados en el lugar. Las hermanas González Valenzuela relataron a las autoridades correspondientes que las técnicas utilizadas para instalar un prostíbulo consistían primero en hacer amistad con las autoridades para estar y sentirse protegidas, proporcionando dinero a los funcionarios locales para que su negocio no fuera cerrado.

Las hermanas González Valenzuela fueron sentenciadas a 40 años de cárcel. María de Jesús pasó muchos años en la cárcel. Al salir se perdió en el olvido. Carmen murió de cáncer, a Delfina, una larga agonía le siguió, luego de un golpe accidental que se propinara con un bote de cemento de 30 kilos. María Luisa murió en prisión a los 85 años de cáncer hepático y úlcera duodenal y Eva "la piernuda", como también era conocida, murió en la soledad, pues nadie la visitaba en prisión. Terminó sus días en una celda pequeñísima, sucia y descuidada.

La prostitución en México es una añosa realidad que nadie enfrenta y se reconoce como naciente de los problemas económicos, políticos y sociales del pasado y presente del País, donde las autoridades han recurrido a establecer "zonas de tolerancia" a las que llama "letrinas de toda sociedad". En esta ciudad como en casi todas las de la República Mexicana, son conocidos los lugares donde cientos de prostitutas encuentran refugio y trabajo. El incremento de la prostitución ha sido proporcional a problemas como la migración, pobreza y falta de empleo, etc. Está demostrado que a más pobreza, a más migrantes, y a menos empleos: Más prostitución.

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