26 de junio de 2010

Rescatado dos veces en una hora

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y los bomberos son los únicos animales capaces de salvar a ese animal. No sé si me explico…

Os cuento: Colin Everett, vecino de un inmueble de Newick Road, Brighton (Inglaterra) llamó a los bomberos, alertado por el humo que salía de la casa de su vecino, cuyo nombre desconocemos.

Rápidamente llegan los bomberos, que se encuentran con la cocina del piso encendida, a punto de incendiarse y al habitante del lugar profundamente dormido en el sofá. Despiertan al tipo, apagan la cocina, disipan el humo y todo se queda en un susto y en unos pocos desperfectos.

El durmiente recibe la típica reprimenda al estilo “nunca se duerma mientras tiene el fogón puesto, redios” y cada mochuelo a su olivo.

Sin embargo, casi una hora después el señor Everett vuelve a darse cuenta de que de la casa del vecino vuelve a salir humo. Preguntándose si está en un sueño o si hubo un fallo en Matrix, vuelve a agarrar el teléfono y llama de nuevo a los bomberos.

Rápidamente llegan los bomberos, que se encuentran con la cocina del piso encendida, a punto de incendiarse y al habitante del lugar profundamente dormido en el sofá. Despiertan al tipo, apagan la cocina, disipan el humo y… se acuerdan de la madre del tipo.

El hombre, como flemático inglés que es, había decidido no darle importancia al asunto y seguir cocinando. Pero, según él, el cansancio que tenía era tal que no pudo evitar caer en brazos de Morfeo por segunda vez.

Afortunadamente para el señor, a la segunda fue la vencida y no hubo más incidentes, aunque podemos imaginarnos perfectamente al señor Everett con el corazón en un puño, el teléfono en el otro y observando paranoico la ventana de su vecino.

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