15 de septiembre de 2011

Cada día en la cárcel es una lucha

MÉXICO, D.F., septiembre 14 (EL UNIVERSAL).- “Estoy agradecido con el Presidente y espero que en otros casos también se haga justicia”, indicó Antonio Ortega Gallardo al salir del Reclusorio Oriente donde estuvo preso cuatro años acusado falsamente por violación.

Cada día en la cárcel, dijo, fue una lucha constante.

Este martes, a las 19:00 horas, gracias a un indulto presidencial cruzó la puerta por la que fue ingresado hace cuatro años, acusado de violación contra cuatro preparatorianas, dos de las cuales lo reconocieron como su agresor.

Años más tarde, el verdadero agresor fue detenido.

“A ellas no les diría nada, no tengo nada contra ellas”.

Pálido, delgado, encorvado, pero sonriente, Antonio sorprendió a su abogada y a otra mujer que esperaban que saliera mucho más tarde.

Ambas corrieron, pero no a abrazarlo, sino a indicarle que no diera entrevistas, “pues no sabemos cómo manejar esto”, diría una de ellas.

Sin embargo, antes, la defensora había dado una entrevista para una televisora, y luego, buscó un lugar para que Antonio pudiera hablar con esa misma empresa.

“Entiéndanme por favor, él quiere estar tranquilo”.

Contrariado, Antonio quitó la sonrisa de su rostro y apresuro el paso, sin realizar ninguno de los rituales que hacen los hombres que logran salir de prisión: cambiarse de ropa o tirar por lo menos una prenda hacia atrás, para que el destino no los regrese a ese lugar.“Discúlpenme, ahora estoy en shock”, dijo.

Antes, el procurador Miguel Ángel Mancera mencionó que la dependencia a su cargo, la cual lo ingreso a la cárcel en el 2007, fue quien le ayudó a recibir el indulto.

“Yo he platicado un su familia y los mensajes los hemos reiterado, ellos saben que estuvimos muy pendientes”.

Sin embargo, el procurador capitalino dijo que este tipo de casos podrían seguir cometiéndose, pues el peso de la declaración de una víctima de violación es grande.

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